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La participación de las tecnologías de la información y las comunicaciones (tic) en el crecimiento económico de los noventa. (página 2)




Enviado por jyl1



Partes: 1, 2

6. El impacto de la inversión en TIC sobre la economía.

Un primer paso para evaluar el impacto de la
inversión en TIC sobre la economía general de un
país consiste en estimar su crecimiento a nivel
macroeconómico. Los cálculos de crecimiento basados
en el modelo
neo-clásico de Solow (1957), aunque con limitaciones,
permiten diferenciar tres vías independientes a
través de las cuales actúan las TIC, vías
que, adicionalmente se han confirmado utilizando modelos
alternativos (Oliner y Sichel, 2000 y Stiroh, 2001). A nivel
sectorial o de empresa, la
evaluación del impacto se realiza a
través de modelos econométricos basados en funciones de
producción.
Los tres canales que utiliza la inversión en
tecnologías de información para mejorar el crecimiento de
la producción y de la productividad son
(Stiroh, 2001 y Comisión Europea, 2000):
1. El cambio
tecnológico introducido en la cadena de producción
de bienes TIC: El
progreso tecnológico permite la producción de
bienes a menor precio, lo
cual significa aumentar el factor de productividad del sector
productivo TIC. El impacto de ésta vía en la
economía depende tanto de la velocidad de
desarrollo de
la tecnología, como del grado de
implantación del sector TIC en la economía. En
otras palabras, la diferente magnitud del efecto que las TIC
tienen sobre la producción general de cada país
pone de manifiesto, entre otros factores, su grado de
especialización, es decir, algunos países lo
están en productos TIC
que no han evolucionado tanto como los semiconductores,
ordenadores personales, o terminales móviles.
La importancia del sector industrial TIC en el crecimiento
económico de un país se ha verificado tanto en
los estudios de la OCDE (2001 A) sobre Dinamarca, Finlandia y
Alemania
-países de los que dispone de datos
suficientes-, como en estudios internos realizados en diferentes
países.
Según la OCDE la contribución del sector industrial
TIC en Alemania y Finlandia aumentó considerablemente en
la segunda mitad de los noventa mientras que en Dinamarca fue
mayor en la primera. En Finlandia, aproximadamente el 20% del
crecimiento del factor de productividad total, en el periodo
1995-99, se debió al sector TIC.
Por otro lado, según los estudios internos realizados en
diferentes países, en Finlandia por ejemplo, la empresa Nokia,
productora de equipos de telefonía móvil, participó en
1999 con 1,2 p.p. del 4% de crecimiento del PIB
finlandés y, sin embargo, su contribución a la
formación del PIB fue del 4%. Otro ejemplo, en Corea un
informe del
Banco de Corea
indica que el 40% del crecimiento del PIB de 1999 se debió
al sector TIC, sector éste que a su vez participó
en el PIB con una tasa cinco veces menor. Un último
ejemplo, en Holanda el 17% del crecimiento del PIB del periodo
1995-98 se debió al sector industrial TIC que, sin
embargo, participó en la formación del PIB con una
tasa cuatro veces menor.
Se deduce por tanto, que el sector industrial TIC es un excelente
impulsor del crecimiento de la producción y la
productividad, pero no debe olvidarse que también hubo
países que sin ser potencias industriales TIC, Australia
por ejemplo, igualmente mejoraron su crecimiento en el periodo
considerado.
2. La intensificación del capital en la
economía: El efecto más importantes del uso de las
TIC consiste en aumentar la productividad laboral a
través de la formación de un capital adicional
denominado capital TIC. La aceleración del crecimiento de
la productividad laboral registrada en los EE.UU. entre los
periodos 1973-95 y 1995-99 estuvo comprendida entre 0.91 y 1,33
puntos porcentuales y se debió principalmente a la
intensificación del capital TIC (entre 0.3 y 0.5 p.p.) y
al crecimiento del factor de productividad total (entre 0.3 y 0.9
p.p.). Ambos factores estuvieron fuertemente correlacionados con
la producción y el uso de las TIC.

La productividad laboral en los
EE.UU.

Departamento de estadística laboral

(2000)

Gordon

(2000)

Jorgenson & Stiroh

(2000)

Oliner & Sichel

(2000)

Productividad laboral media, 1995-99

2,30

2,75

2,37

2,57

Productividad laboral media, 1973-95

1,39

1,42

1,42

1,41

Aceleración entre 1973-95 y
1995-99

0,91

1,33

0,95

1,16

Factores de la aceleración:

● Intensificación del
capital:

0,10

0,33

0,29

0,33

-TIC

0,38

nd.

0,34

0,50

-Otros

-0,31

nd.

-0,05

-0,17

● Preparación laboral

0,06

0,05

0,01

0,04

● Factor de Productividad
Total:

0,90

0,31

0,65

0,80

-TIC

nd.

0,29

0,24

0,31

-Otros

nd.

0,02

0,41

0,49

● Efectos cíclicos

0,50

● Precios

0,14

Fuente: Stiroh (2001).

 

Todos los estudios de la tabla anterior subrayan que la
intensificación del capital TIC favorece el desarrollo
económico debido al efecto directo que la
inversión en TIC tiene sobre el crecimiento de la
productividad laboral.
3. Las externalidades: La inversión en TIC induce la
incorporación del cambio tecnológico y por
consiguiente aumenta el crecimiento de la productividad en otros
sectores diferentes del de las tecnologías de la
información.
Debe señalarse, sin embargo, que la generación de
externalidades por las TIC fue muy debatida en los estudios
realizados a lo largo del año 2000. En los de la tabla
anterior, por ejemplo, se observan criterios dispares acerca de
la contribución real del resto de sectores no productores
de TIC al crecimiento del factor de productividad total.
Así, mientras Gordon (2000) mantiene que casi todo el
crecimiento de éste factor es debido al sector industrial
TIC, Jorgenson&Stiroh (2000) y Oliner&Sichel (2000)
coinciden con Gordon en cuanto a la magnitud de la
contribución de las TIC (entre 0,2 y 0,3 p.p.), pero, al
contrario que Gordon, encuentran una alta participación
(entre 0,4 y 0,5 p.p.) -mayor que la del sector industrial TIC-
de los sectores no productores de TIC, lo cual induce a pensar
que estos sectores se beneficiaron del uso de las TIC. Frente a
ésta idea Gordon argumenta que los sectores no productores
de TIC apenas contribuyeron al crecimiento del factor de
productividad total con 0,02 p.p, y que el crecimiento no se
debió al uso de las TIC sino al incremento lógico
de la productividad laboral que caracteriza a los periodos
expansivos. En las economías de crecimiento rápido,
el mercado laboral
se adapta a las nuevas demandas trabajando en peores condiciones
y durante jornadas laborales más largas para que la
incorporación de las innovaciones se vea reflejada en el
ciclo de la actividad empresarial lo antes posible -son los
efectos denominados de utilidad y
distribución de recursos-. Por
consiguiente, el incremento de productividad experimentado en la
segunda mitad, 1995-1999, fue debido a los efectos de la
inversión realizada en la primera y se habría
producido igualmente aunque no se hubiera invertido en TIC en la
segunda mitad. Otros analistas también críticos
señalan que parte del crecimiento de la productividad de
la segunda mitad de la década, se debió al desfase
existente entre el lento registro de
creación de puestos laborales y la inmediata cuenta de las
horas trabajadas (Roach 1998). También hay quien apunta
(Kiley 1999) que por aquellas fechas se dedicó demasiado
tiempo a
actividades improductivas tales como duplicación, por
causa de la inversión en TIC, de operaciones
existentes que motivaron frecuentes fricciones, incrementaron del
coste empresarial de adaptación y afectaron a la
productividad, al menos durante algún tiempo.
Frente a las críticas anteriores Stiroh (2001) manifiesta
que la reactivación de la productividad norteamericana se
debió fundamentalmente a las TIC, y argumenta que el
efecto cíclico aludido por Gordon como motor del
crecimiento de la productividad, debió manifestarse en la
productividad al comienzo, no mediada la expansión.
Además, si el incremento de la productividad fue un
fenómeno cíclico debió distribuirse
uniformemente sobre todos los sectores y no correlacionarse con
el uso de las TIC. Esto no se cumplió en los EE.UU., en
donde la aceleración del crecimiento de la productividad
coincidió con un incremento significativo del gasto en
TIC, y los sectores que más gastaron experimentaron los
mayores crecimientos, lo cual sugiere que se produjo un cambio
estructural. Es decir, el efecto de las TIC parece manifestase
con mayor intensidad cuando su introducción va asociada con cambios en
la
organización de la empresa, con mejoras en la capacitación laboral, y con el desarrollo
de planes de empresa que favorezcan la incorporación de
soluciones
innovadoras. Como se ve, son necesarias inversiones
complementarias por lo que no debe sorprender que solo los
últimos estudios hayan detectado el efecto positivo del
uso de las TIC; en años anteriores el capital TIC fue tan
pequeño y el tiempo de implementación tan corto que
sus efectos pasaron desapercibidos.
A nivel de empresa, los estudios realizados por Brynjolfsson y
Hitt (2000) y, Brynjolfsson y Yang (1996) encuentran una modesta
aceleración del crecimiento de la productividad de los
sectores no productores de TIC y sugieren que el crecimiento de
la productividad se debió, casi totalmente, a las industrias TIC.
Tampoco el Banco Central Europeo (2001) aprecia evidencias claras
de rebosamiento. Exceptuando el sector industrial TIC, la
productividad laboral de los sectores que utilizan intensivamente
las TIC –servicios y
manufacturero- crecieron pero no con una aceleración
significativa respecto del resto de sectores.
La OCDE (2001A) apunta un mayor efecto de las TIC en los sectores
que fueron usuarios intensivos de las TIC y señala
que:

  • Existe una fuerte correlación positiva entre
    los indicadores de uso TIC (número de
    servidores
    seguros,
    densidad host
    de Internet,
    densidad de PC’s, coste de acceso a Internet, etc.) y
    la pendiente del crecimiento del factor de productividad
    total de la segunda mitad de los noventa. Entre los
    países con mayor aceleración de éste
    factor es común encontrar que sus TIC estén
    más difundidas y los costes sean menores que en resto
    de países.
  • El crecimiento de la productividad laboral fue
    máximo en el sector manufacturero TIC, destacando los
    segmentos eléctrico y óptico.
  • En el sector servicios, el de las TIC se
    caracterizó por tener un crecimiento de la
    productividad más rápido que el
    resto.
  • En la segunda mitad de los noventa, el crecimiento
    de la productividad laboral de ambos sectores en los EE.UU.,
    Alemania, Holanda, Dinamarca y Finlandia, fue mayor que en el
    resto de sectores.

7. La aportación de
la inversión TIC al crecimiento en Europa y en los
EE.UU..

Algunos estudios sobre el crecimiento de la
producción calculan los capitales de hardware, software y equipos de
comunicaciones
y evalúan el impacto de su inversión sobre la
economía. De éste modo proporcionan
información sobre la participación de cada
componente TIC en el crecimiento.
En los EE.UU., la mayor contribución al crecimiento de la
producción procedió de la inversión en
hardware. Brynjolfsson y Hitt (2000) señalan que el
impacto de los PC’s en el crecimiento económico fue
desproporcionado en comparación con la inversión
realizada. En la segunda mitad de los noventa, ésta
inversión en hardware incrementó la
producción entre 0.5 y 0.6 puntos porcentuales. El
software lo hizo entre 0.2 y 0.3 p.p. y los equipos de
comunicaciones entre 0.1-0.15 p.p. En relación con la
primera mitad, el hardware y los equipos de comunicaciones
doblaron su efecto sobre la producción. El efecto del
software fue algo menos del doble.

Contribución de las TIC al crecimiento
(puntos porcentuales).

Estudios

Región

Periodo

Software

Hardware

Equipos de Comunicación

Total

OCDE (2001)

EE.UU.

1990-95

0,14

0,20

0,08

0,42

1995-99

0,27

0,49

0,13

0,89

Jorgenson & Stiroh (2000)

EE.UU.

1990-95

0,15

0,19

0,06

0,40

1995-99

0,21

0,49

0,11

0,81

Oliner & Sichel (2000)

EE.UU.

1991-95

0,25

0,25

0,07

0,57

1996-98

0,32

0,59

0,15

1,06

Daveri (2001)

UE

1991-99

0,12

0,24

0,13

0,48

Comisión Europea

UE

1992-94

0,27

1995-99

0,49

 

En Europa, la contribución del hardware al
crecimiento estuvo en torno a la mitad
del nivel americano (Daveri, 2001) (0.24 p.p. de media
ponderada), ligeramente por debajo en software (0.13p.p.), y al
mismo nivel en equipos de telecomunicaciones (0.12p.p.). Se deduce, por
tanto, que el menor gasto en hardware fue la causa principal de
que los recursos TIC fueran menores en Europa y, en consecuencia,
menor su contribución al crecimiento.
Los estudios del cuadro anterior ponen de manifiesto no solo que
las TIC contribuyeron significativamente al crecimiento de la
productividad, sino que además, el crecimiento fue mayor
en los EE.UU. que en la UE, estableciéndose en la primera
mitad de los noventa una separación que se
incrementó en la segunda. Éstas conclusiones son
coherentes con el hecho de que la inversión americana en
TIC fue mayor que la europea, no obstante, "no hay ningún
factor que explique por sí mismo la evolución del crecimiento económico
y que, por tanto, justifique la diferencia de crecimiento entre
ambas zonas, sin embargo, las características comunes a los países
de la OCDE que renovaron sus estructuras en
los años noventa consistieron en que redujeron su desempleo,
incrementaron la inversión, y mejoraron su factor de
productividad total." (OCDE 2001 A).
Una posible explicación del paradigma
americano radica en la rápida difusión de las
tecnologías de la información, difusión que
se vio favorecida por una gran caída en los precios de los
bienes TIC que estimuló fuertemente la inversión.
El resultado de ésta inversión en TIC afectó
al crecimiento norteamericano entre 0,4 y 0,5 puntos porcentuales
en la primera mitad de los noventa y, entre 0,8 y 1 p.p., en la
segunda. En Europa, la Comisión cifra estas cantidades en
0,27 y 0,49 p.p., en cada periodo respectivo.
Por países, solo hay dos estudios que recogen datos sobre
todos los Estados Miembro; uno es de la Comisión Europea
(Comisión Europea, 2000), y el otro es de Davery (Davery,
2001). La principal diferencia entre ambos radica en que Daveri
estima para la primera mitad de los noventa, una
contribución de las TIC al crecimiento sustancialmente
mayor que la Comisión y, en consecuencia, la
aceleración entre los dos periodos de ladécada no
se percibe claramente. Considerando la década en su
conjunto (periodo 1991-99), según Davery, la
inversión TIC contribuyó con 0.94 p.p. al
crecimiento interanual americano, casi el doble de la media
europea que fue de 0.48 p.p., y mayor que la máxima
comunitaria de Reino Unido (0.76 p.p.). Se deduce, por tanto, que
en la década de los noventa la UE perdió entre 0.3
y 0.5 p.p. de crecimiento económico por no invertiren TIC
lo suficiente.
La contribución de la inversión TIC española
al crecimiento económico fue según un estudio de la
Comisión de 0.19 y 0.39 p.p. en las respectivas primera y
segunda mitad de la década, cifras éstas que
contrastan con las del estudio de Davery de 0.38 y 0.34 p.p. para
cada periodo respectivo. En cualquier caso, la
participación de las TIC en la economía
española estuvo lejos de los máximos de la UE de
0.84 y 1.91 p.p., atribuidos a Irlanda.

Contribución de la inversión en
TIC al crecimiento (puntos porcentuales)

Daveri

(2001)

1991-99

Daveri

(2001)

1991-95

Comisión Europea

(2000)

1992-94

Daveri

(2001)

1996-99

Comisión Europea

(2000)

1995-99

Bélgica

0,48

0,48

0,35

0,49

0,60

Dinamarca

0,52

0,42

0,22

0,65

0,38

Alemania(*)

0,49

0,54

0,25

0,45

0,41

Grecia

0,34

0,25

0,12

0,46

0,21

España

0,36

0,38

0,19

0,34

0,39

Francia

0,41

0,40

0,24

0,44

0,42

Irlanda

0,64

0,38

0,84

0,96

1,91

Italia

0,31

0,28

0,25

0,35

0,42

Holanda

0,68

0,65

0,41

0,72

0,67

Austria

0,45

0,47

0,24

0,43

0,41

Portugal

0,43

0,39

0,25

0,49

0,55

Finlandia

0,45

0,21

0,31

0,74

0,63

Suecia

0,59

0,38

0,30

0,85

0,68

Reino Unido

0,76

0,43

0,35

1,17

0,64

UE

0,48

0,43

0,27

0,57

0,49

EE.UU.

0,94

0,53

1,45

(*) Alemania = 1992-1999.

Fuente: Daveri (2001), Comisión Europea
(2000).

 

Stiroh (2001) concluye que "…las industrias que
mayores inversiones realizaron en TI a comienzos de los noventa,
fueron quienes experimentaron mayor crecimiento de productividad
a finales de la década y el análisis de su función de
producción muestra una alta
elasticidad del
capital TI, lo cual indica que la acumulación de
éste capital es importante para mejorar la
producción y la productividad de las empresas".
También apunta que el impacto de la inversión en
TIC no es inmediato y tarda años en manifestarse en los
muestreos estadísticos. Para sacar el máximo
partido a la inversión en nuevas
tecnologías, ésta debe ir acompañada de
cambios en la organización de la empresa y de mejoras en
la capacitación laboral, lo que a su vez implica
flexibilidad en el mercado laboral para adaptar los puestos de
trabajo desfasados.
El Informe de la Comisión señala que incluso en el
caso en el que las TIC protagonizaran, por un lado, una subida
permanente de la productividad y, por otro, una aceleraron del
crecimiento de la productividad en la década de los
noventa, no debe olvidarse que parte de la subida permanente pudo
deberse a factores cíclicos y, desde un punto de vista
analítico, la situación actual de estancamiento
económico, que afecta en particular a las industrias TIC,
completará un ciclo que permitirá diferenciar con
mayor claridad los factores de la productividad que fueron
cíclicos de los permanentes debidos a las TIC.
También se posiciona del lado de Stiroh y destaca que si
bien las TIC contribuyeron positivamente al crecimiento, su
aportación no basta para justificar completamente la
divergente evolución económica seguida por los
principales países industrializados aunque, como norma
general, aquellos que mejoraron su producción y
productividad laboral en los noventa, posteriormente han sido
quienes han generado mayor demanda de
empleo,
potenciado la inversión, y optimizado su
productividad.
Concluye el Informe que la inversión TIC juega un papel esencial
y creciente en el establecimiento de una base en la que se
sustente el crecimiento futuro, y las políticas
a desarrollar por los diferentes gobiernos deben asegurar que la
competencia pueda
actuar bajando los precios de los equipos y servicios TIC,
promover la adecuada capacitación laboral, y apoyar el
cambio necesario en la organización de las
empresas.

8. Déficit de
técnicos TIC en Europa. Políticas de
recuperación.

Los estudios econométricos y de
prospección indican que existe una correlación
entre la demanda de mano de obra especializada, la
intensificación del capital y la difusión de las
nuevas tecnologías dentro de la industria en
general. Autor et al. (1998) señala que en los EE.UU.
"… al comienzo de los setenta la industria al por menor
incrementó la demanda de personal
preparado debido a los cambios tecnológicos y
organizativos que acompañaron a la masiva
implantación del ordenador personal (PC)". Algunos
analistas, DiNardo y Pischke y, Haisken-OeNew y Schmidt entre
otros, subrayan que más que una relación directa
entre el uso del PC y la demanda de personal especializado, esta
demanda es el resultado de complejos procesos de
innovación que involucran un mayor uso de
las nuevas tecnologías y, lo que es más importante,
cambios en la organización y en los procesos de
producción. Bresnahan et al. (1999) concluye que "…
dentro de los cambios que caracterizan a las empresas modernas
existe un conjunto de ellos que combina con armonía el uso
intensivo del PC, la organización del puesto de trabajo y
el aumento de la demanda de mano de obra especializada". Lo cual
significa que los cambios en la estructura
orgánica y en la demanda laboral tienen un origen
común, el cambio tecnológico.
En el pasado cuarto de siglo, fueron diversas las circunstancias
que impulsaron y conformaron la demanda de profesionales
TIC:

  • La digitalización de la telefonía
    creó una demanda de expertos en sistemas
    digitales que fue eliminando paulatinamente la demanda de
    expertos en redes analógicas.
    En líneas generales, el empleo neto en los operadores
    públicos de telecomunicaciones ha estado
    disminuyendo desde comienzos de los ochenta.
  • La liberalización del sector de
    telecomunicaciones no solo forzó a los antiguos
    monopolios a ser eficientes, sino que además, la
    introducción de la competencia impulsó la
    innovación. En la UE entre 1998 y 2000 casi se
    duplicó el número de operadores autorizados a
    prestar servicios públicos de telefonía vocal,
    con el consiguiente aumento de la demanda de personal
    especializado en sistemas
    digitales.
  • Internet y los nuevos medios de
    difusión aumentaron la demanda de expertos TIC tanto en
    las empresas del sector de tecnologías de la
    información como en las que quisieron estar presentes en
    Internet e integrar el comercio
    electrónico dentro de su actividad. La caída
    de los mercados
    financieros iniciada en primavera de 2000 debilitó
    el desarrollo de Internet y paralizó la demanda de
    expertos TIC, no obstante, dado que las perspectivas del sector
    a largo plazo son positivas y que el resto de la
    economía necesita especialistas TIC, es muy probable que
    la falta de personal capacitado continúe siendo un
    problema.
  • El aumento de la inversión iniciada a
    comienzos de los noventa creó una demanda superior a la
    salida de profesionales de las universidades dando origen a un
    déficit de personal especializado que llegó a su
    máximo en la primera mitad de 2000.

9. Estimación de
la escasez de técnicos TIC en Europa.

El rápido desarrollo y difusión de las
tecnologías digitales en el campo de las
telecomunicaciones, Internet y los nuevos medios de
comunicación pronto desbordó el ámbito
propio de la industria TIC hacia el resto de los sectores
económicos y produjo una acusada expansión de la
demanda de éste tipo de técnicos. En la UE, la
densidad de ordenadores (PC’s por 100 habitantes)
creció de 9,3 en 1992 a aproximadamente 25 en 1999 y la
densidad de Internet (usuarios de Internet por 100 habitantes)
varió aún más, de 0,3 pasó a casi 16.
No es de extrañar, por tanto, que a lo largo de los
noventa las TIC se convirtieran en un elemento común en la
infraestructura de las empresas y la demanda de técnicos
TIC se realizase tanto desde el propio sector TIC como desde el
resto de los sectores económicos. Sin olvidar que el
sector industrial TIC fue intensivo en personal de I+D; en 1997
más de un tercio del total de personal de I+D de Irlanda y
Finlandia, y más de un quinto del de Canadá,
Francia,
Italia, Japón,
Suecia, y EE.UU., trabajaba en el sector TIC (OCDE 2000A).
Los estudios existentes sobre la falta de personal cualificado
TIC difieren enormemente tanto en su metodología como en su alcance. Es bastante
común encontrar estudios que miden la escasez laboral en
términos del número de puestos de trabajo vacantes,
o como el número previsto de puestos que se crearán
en el futuro, o como el número necesario de personas con
unas aptitudes específicas. Otros estudios son sectoriales
y analizan sólo las necesidades de sector industrial TIC
que fue el primero en experimentar dicha escasez que
posteriormente se extendió al resto de la actividad
económica haciendo aún más complicada su
estimación. Sin olvidar que las diferencias entre los
distintos planes de formación amplían el grado de
dificultad de la estimación. Es decir, cualquier
previsión sobre futuras carencias no sólo requiere
información de la demanda sino, además, de la
oferta laboral
adecuadamente formada en TIC.
Desde el lado de la oferta, la estimación se basa en el
análisis de la eficacia del
sistema educativo
a nivel desagregado. Además, si bien el grueso de la
formación recae sobre el sistema educativo, no debe
olvidarse que los cursos de
adaptación, actualización, puesta al día,
formación continua, etc., que se realizan dentro de las
empresas, también generan especialistas TIC y sus efectos
son difíciles evaluar.
Desde el lado de la demanda, el ciclo de vida
de las empresas y el grado de desarrollo de los diferentes
sectores añaden incertidumbre a las proyecciones,
especialmente si se realizan en el área TIC en donde tan
frecuentes son los cambios tecnológicos y tan amplias y
variables las
actividades comerciales.
Por tanto, dado el alto grado de dificultad que entraña la
estimación, los datos que aporta el Informe de la
Comisión deben considerarse como indicativos del orden de
magnitud de la tendencia de la oferta y la demanda.
En Europa hay dos estudios con datos homogéneos y
desagregados de cada Estado Miembro sobre el vacío de
especialistas TIC, ambos realizados por IDC.
El primero lo realizó IDC en 2000 para Microsoft y en
él se analiza la falta de profesionales para cubrir la
demanda creada en tres entornos; los dependientes de la
tecnología, por ejemplo actividades relacionadas con las
redes e Internet; los independientes de la tecnología, por
ejemplo procesos y negocios
soportados en tecnologías de la información; y los
multitecnológicos, por ejemplo sistemas
distribuidos entre diferentes redes. En éste estudio
se señala que:

  • La demanda, en el periodo 1999-2003, crecerá
    desde los 9,5 millones de profesionales TIC de 1999, hasta 13,1
    millones en 2003, y la oferta pasará de 8,6 a 11,3
    millones. En consecuencia la escasez de técnicos en
    Europa (EU-15, Noruega y Suiza) se estima en 1,7 millones en
    2003, lo cual representa el 13% de la demanda.
  • En 1999, el nivel de la demanda varió
    ampliamente entre los diferentes países europeos. La
    demanda media de profesionales TIC fue el 5,7% del empleo
    total, y estuvo comprendida entre los niveles máximos,
    casi el doble, de Holanda, Bélgica y Suecia y los
    mínimos de Grecia,
    Irlanda, Portugal y España.
  • En términos relativos, el mayor déficit
    de personal especializado se produjo en aquellos países
    con mayor participación de las TIC en el empleo total,
    en Holanda por ejemplo, la falta de profesionales
    alcanzó el 1,2% del empleo total. En el extremo opuesto
    se encontraba Grecia con una oferta ajustada a la
    demanda.
  • La proyección de la evolución de la
    demanda hasta 2003 seguirá una pauta similar en todos
    los países, con una tasa de crecimiento interanual
    comprendida entre el 7 y el 10 por ciento.
  • Después de la desaceleración de 2001 se
    espera una recuperación del crecimiento en
    2002.
  • En España, el crecimiento de la demanda de
    profesionales TIC en 2000 fue superior al resto de
    países.

El segundo estudio lo realizó IDC en 2001 para
EITO y en él se amplía la escala
ocupacional del anterior mediante el análisis de tres
grupos
laborales; en el primero se encuentran los profesionales TIC de
desarrollo y mantenimiento
de las industrias que hacen uso de las TIC y, en líneas
generales, engloba el primer estudio; en el segundo, los
profesionales TIC del negocio electrónico que atienden a
las estrategias
empresariales relacionadas con Internet; y en el tercero se
encuentran los profesionales de los centros de atención que dan cobertura a las ventas y
realizan actividades TIC de apoyo. En éste estudio se
prevé que en Europa, entre 1999 y 2003:

  • La demanda de técnicos especialistas TIC,
    negocio electrónico y centros de atención casi se
    doblará pasando de 12,3 a 21,9 millones.
  • El crecimiento de la demanda seguirá una pauta
    similar en todos los países.
  • A pesar del incremento de la oferta el vacío
    de este tipo de profesionales continuará
    aumentando.
  • El vacío de expertos TIC prácticamente
    coincide en ambos estudios en 1,7 millones de puestos de
    trabajo, que añadidos a los de negocio
    electrónico y centros de atención hacen un
    vacío total de 3,8 millones.
  • El vacío de profesionales de negocio
    electrónico se ampliará notablemente debido a que
    su demanda se habrá triplicado. El crecimiento del
    vacío de los de centros de atención será
    más plano.
  • En términos relativos, el mayor déficit
    se producirá en el grupo de
    profesionales de negocio electrónico con una
    proyección del 31% de la demanda de 2003.
  • En España el déficit de profesionales
    TIC en 2003 alcanzará la cifra de 101.011 ó
    107.100 según el primer o segundo estudio.

Demanda, oferta y déficit de
profesionales TIC en Europa (EU-15, Noruega y
Suiza).

1999

2000

2001

2002

2003

Demanda (miles de personas)

Profesionales TIC

9.450

10.397

11.170

12.127

13.030

Negocio electrónico

1.812

2.800

3.914

5.084

6.327

Centros de atención

1.000

1.300

1.690

2.113

2.577

Total

12.262

14.497

16.774

19.324

21.935

Oferta (miles de personas)

Profesionales TIC

8.613

9.188

9.815

10.609

11.344

Negocio electrónico

1.481

2.255

3.040

3.761

4.347

Centros de atención

900

1.183

1.546

1.954

2.397

Total

10.994

12.626

14.401

16.324

18.088

Déficit (miles de personas)

Profesionales TIC

837

1.208

1.355

1.519

1.686

Negocio electrónico

331

546

874

1.324

1.980

Centros de atención

100

117

144

158

180

Total

1.268

1.871

2.373

3.001

3.846

Déficit en % de demanda

Profesionales TIC

8,9

11,6

12,1

12,5

12,9

Negocio electrónico

18,3

19,5

22,3

26,0

31,3

Centros de atención

10,0

9,0

8,5

7,5

7,0

Total

10,3

12,9

14,1

15,5

17,5

Déficit en % del empleo total

Demanda

7,4

8,9

10,2

11,6

n.d.

Oferta

6,6

7,7

8,7

9,8

n.d.

Déficit

0,8

1,1

1,4

1,8

n.d.

Cálculos de WIFO utilizando EITO
(2001).

 

En el Informe de la Comisión se señala que
cuando se comparan los datos de ambos estudios con los de otros
estudios realizados en diferentes países, en la
mayoría de los casos se observa en los últimos una
estimación mucho menor, tanto de la demanda como de la
escasez de profesionales. En parte estas grandes discrepancias se
deben a las diferencias existentes en la definición del
sector, el horizonte temporal, el método de
recogida de datos, o el periodo de estudio.
Los últimos estudios realizados en EE.UU. recogen la
desaceleración actual de su industria TIC y recortan a la
mitad las cifras previstas inicialmente sobre su vacío de
técnicos, no obstante, coinciden en señalar su
existencia y la alta probabilidad de
que aumente a la salida del ciclo económico.

10. Desarrollo de
Políticas de recuperación.

En el ámbito de la UE, la Comisión ha
lanzado tres iniciativas; la Iniciativa para el Nuevo Empleo, la
Iniciativa de Aprendizaje por
Internet y la creación del Certificado Europeo de Aptitud
en Ordenadores. Por otro lado, diez Estados Miembro han
participado en un proyecto de
prospección sobre las TIC y las nuevas organizaciones
productivas y en sus conclusiones se recomienda la
actualización en nuevas tecnologías tanto del
personal laboral como del directivo o gestor de las PYME’s. Por
países, muchos han empezado ya a tomar medidas para atajar
la falta de técnicos TIC; unos han introducido cambios en
su sistema educativo y otros han favorecido la inmigración de expertos TIC. En el
ámbito de la empresa, algunas han establecido centros de
aprendizaje fuera de Europa, otras han optado por sacar de Europa
parte de sus unidades de producción y desarrollo, otras
han integrado nuevas formas de búsqueda y
contratación laboral en línea, otras han ofertado
stock options a sus expertos para evitar su fuga, etc.
En general, la respuesta ante la falta de expertos TIC depende
del tipo y de la urgencia. En el siguiente cuadro se agrupan las
posibles medidas en función del nivel de
especialización y de la inminencia de la demanda de
éste tipo de técnicos.

Acciones ante la escasez de técnicos
TIC

Demanda a corto plazo

Demanda a largo plazo

Técnicos altamente
cualificados

-Facilitar la inmigración de
expertos

-Contratar expertos fuera de Europa

-Formación intensiva.

-Incrementar la salida de las
universidades

Profesionales intermedios

-Facilitar la inmigración de
expertos

-Contratar expertos fuera de Europa

-Incrementar la salida de la formación
secundaria

Técnicos con formación
básica.

-Certificado Europeo de Aptitud en
Ordenadores

Programas de actualización,
prácticas y capacitación

-Incrementar la instrucción en
ordenadores e Internet en la formación primaria y
secundaria

En la mayoría de los casos, la respuesta obvia a
la insuficiencia de técnicos debe ser la adaptación
del sistema educativo nacional para conformar una base amplia y
homogénea de graduados. El cambio tecnológico es
quién limita el incremento de la demanda de profesionales
altamente cualificados, pero si a corto plazo se precisan
expertos con más de tres años de
especialización, los cambios en el sistema educativo
tardarían demasiado tiempo en reducir el déficit y,
por otro lado, la introducción de nuevos cursos de
formación puede llevar entre uno y dos años de
preparación y asignación de recursos. Se estima
que, en general, se tardaría entre cinco y siete
años en incorporar al mercado laboral los profesionales
altamente cualificados procedentes del sistema educativo. En
consecuencia, puede que la inmigración o la
contratación a otros países que dispongan de
profesionales altamente cualificados (outsourcing) sean
las únicas vías de solución a corto
plazo.
La falta de profesionales intermedios -de uno a tres años
de formación específica-, a corto plazo puede
cubrirse también con políticas de
inmigración u outsourcing pero en menor medida que en caso
de profesionales altamente cualificados ya que el número
de profesionales de nivel intermedio y básico puede
incrementarse mediante programas de formación
desarrollados en estrecha colaboración con las
empresas.
Solo algunos gobiernos y muy pocos expertos se dieron cuenta a
tiempo del vacío de técnicos y a muchos les
sorprendió la magnitud del problema entre 1999 y 2000. Y
si eso fue difícil de pronosticar, más
difícil aún resulta prever la demanda de aptitudes,
por lo que es esencial que los planes de educación y
formación que se establezcan tengan la flexibilidad
suficiente para recoger el desplazamiento de la demanda,
especialmente cuando las aptitudes requeridas tengan carácter
permanente.
Sumario. El Informe sobre la Competitividad
Europea en 2001, realizado de acuerdo con la Resolución
del Consejo de 21 de Noviembre de 1994 sobre el fortalecimiento
de la competitividad de la industria comunitaria, se enmarca
dentro de los estudios elaborados por la Comisión
Dirección General de Empresas- sobre la
industria, las PYME’s y los sistemas de innovación
europeos. Estos estudios generalmente son de naturaleza
analítica y se realizan con el doble objetivo de
conocer los resultados de las empresas europeas y su
relación con la innovación, por un lado, y de
establecer un bloque consistente de diagnósticos que
fundamente las políticas de la Comisión, por otro.
En éste sentido, el Informe tiene que ver con las
Conclusiones del Consejo Europeo de Lisboa de Marzo de 2000,
especialmente con la reiterada en las Conclusiones del Consejo
Europeo de Estocolmo de Marzo de 2001, que establece que la
competencia y el dinamismo empresarial dependen directamente del
ambiente
regulatorio propicio a la inversión, la innovación
y el espíritu emprendedor. En el Informe se analiza, entre
otros temas, la contribución de las tecnologías de
la información y las comunicaciones (TIC) al crecimiento
económico norteamericano y europeo en la década de
los noventa. El Informe se debatió en la reunión de
Ministros de Industria de diciembre de 2001.

 

 

 

Autor:

Julián Yagüe Llorente

Partes: 1, 2
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